El antecesor del caballo es un pequeño mamífero de 20
cm llamado Hyracotherium, el cual apareció hace 55 millones de
años (en el período llamado Eoceno). No es hasta hace 2 millones de años
(pleistoceno) que, después de una larga evolución, aparece el caballo tal
y como lo conocemos ahora (equus). El ser humano aparece mucho
después; la evidencia sugiere que hace unos 30,000 años el hombre
comienza a usar al caballo como una buena fuente de alimento y recién alrededor
del año 4,000 a.c. que lo comienza a montar y a usar en la agricultura y la
guerra. Los estudios arqueológicos han demostrado que, más o menos desde
el siglo IV a.c., el hombre, desde la nobleza de su corazón,
ha
intentado proteger los cascos de su caballo usando
diferentes “zapatos”; comenzó amarrando unas “sandalias” de trenzados
vegetales, llegando a usar
incluso cuero y placas metálicas (Los pueblos bárbaros del oriente del Imperio
romano, allá por los siglos IV – II a.c. usaban protecciones clavadas a los
cascos equinos)
El origen de la
herradura, tal y como la conocemos ahora, sigue siendo motivo de acalorados
debates, sin embargo, es aceptado que se da allá por el año 400 d.c.
Yo siempre he
sostenido que, quien haya sido el que inventó la herradura, lo hizo
con la noble intención de proteger los cascos de su amigo el caballo, sin embargo,
“cabalgaba” en la más completa ignorancia sobre la anatomía y fisiología
equina. Pensó como hombre y el paralelo de sus propias necesidades. Se dijo a
sí mismo: “yo necesito zapatos para proteger mis pies, entonces debo proteger
los pies de mi querido caballo”.
El caballo ha
evolucionado y se ha adaptado perfectamente por más de 50 millones de años,
durante más del 99.9% de ese tiempo no interactuó con el hombre y le
fue muy bien, incluso mejor que cuando el ser humano lo domesticó. Con esto
quiero decir que, lo mejor es que la perfección de la madre naturaleza haga su
trabajo sola; así como el caballo adaptó sus cascos a diversos tipos de suelo,
llámense pisos terrosos, arenosos, pedregosos e incluso helados, así también
tienen la capacidad de adaptarse perfectamente a los suelos a los cuales los
expone el hombre en sus diversas actividades.
Les voy a poner
un ejemplo muy sencillo: ¿Alguna vez han visto la planta de los pies
de un maestro albañil? Parecen hechas de acero, recubiertas de tejidos
callosos muy gruesos, incluso insensibles y llenas de grietas (caminan
sobre piedras sin molestia alguna). Su trabajo ha “obligado” a los tejidos de
sus pies a evolucionar y protegerse para resistir los materiales a los que
son expuestos. Otra muestra fácil de comprender es el caso de las uñas, las
uñas de un bebé son súper delgadas y frágiles, sin embargo, con el paso del
tiempo y con el hábito de recortarlas regularmente, estas se engrosan y
fortalecen, lo mismo pasa con el cabello. Así mismo, los cascos del caballo se
adaptan logrando endurecerse y engrosarse según sus necesidades. Las herraduras
consiguen aislar a los cascos del estímulo necesario para lograr esa
adaptación. Pero el tema es muchísimo más complejo, es por eso que voy a
repasar la anatomía, fisiología y funciones del casco para ver como la
herradura interviene negativamente en cada aspecto.
Anatomía del
pie equino.
En un inicio el
pie equino tenía 4 dedos, con el paso de millones de años, tres fueron
involucionando y quedó solo uno, este dedo pasó a ser el pie del animal, los
huesos del dedo (falanges) formaron la parte que comprende del menudillo hacia
abajo, la yema del dedo pasó a ser la ranilla y la uña formó el casco. Es
importante saber también que en la parte media inferior, justo por arriba de la
suela, existe una estructura llamada cojinete o almohadilla plantar, y dentro y
por encima de ella una intrincada red vascular.
Menciono todo
esto para que cuando les explique las funciones de los cascos del caballo sea
más sencillo entenderlas.
También es importante que localicen visualmente las estructuras de la base del
casco, así será más sencillo hacer la correlación entre la anatomía y la
fisiología del pie equino.
Funciones del Casco del Caballo.
Las Facultades de
Veterinaria enseñan cuatro funciones del casco del caballo, yo voy a agregar
una quinta que me parece fundamental, ustedes analicen si estoy en lo correcto.
1.- Apoyo:
El más lógico y obvio. El caballo se sostiene sobre sus patas, el peso se
distribuye con el 60% del mismo sobre sus manos (anteriores) y el 40% sobre sus
patas (posteriores).
2.- Tacto:
La ranilla que ya mencioné anteriormente (yema del dedo), es
parte fundamental en el funcionamiento de todo el complejo sistema del casco,
está ubicada en la parte inferior y central del casco, es una estructura de
forma triangular formada por un tejido blando y muy sensible que le permite al
caballo "recibir" mucha información; es decir, le permite percibir
dolor, frío, calor, seco, mojado, duro, blando.
3.- Amortiguación:
El talón absorbe el 90% del impacto y vibraciones que genera cada paso que da
el caballo, la ranilla junto con la almohadilla o cojinete plantar son parte
importante de ese talón, sus tejidos blandos amortiguan el “choque” que se
produce a cada paso. El buen funcionamiento de estas estructuras protege los
ligamentos, tendones y articulaciones de las patas del caballo. La pared del
casco (muralla) también ayuda con la función de amortiguación, esta se expande
y contrae con cada paso.
4.- Tracción:
Nuevamente la ranilla es considerada pieza fundamental en las funciones del
casco, su superficie blanda y rugosa le permite la función de tracción, es como
el caucho con el cual están hechos los neumáticos de los automóviles.
5.- Bombeo:
Esta función no es tema académico en la Facultades Veterinarias, pero yo
considero que es tanto o más importante que las anteriores, ¿Por qué?, porque
dentro del casco existe una intrincada red venosa, cuya función es regresar la
sangre al corazón para ser oxigenada nuevamente en los pulmones y que las
arterias se encarguen de llevarla una y otra vez a todos los tejidos del
cuerpo. (Los cascos del caballo bombean unos 4 L de sangre por cada 20 trancos
que da el animal)
¿Cómo funciona
esto? Como ya mencioné en "Anatomía del Pie Equino", existe un
cojinete o almohadilla plantar; ahora bien, con cada paso, el peso del caballo
comprime esta almohadilla hacia arriba, presionando la red venosa que existe
dentro y por encima de ella, esto genera un “nuevo pulso” dentro de los vasos
sanguíneos que envía la sangre de regreso al corazón. Por lo que yo entiendo,
le quita trabajo al músculo cardiaco, lo que extiende varios años la vida del
caballo. No es casualidad que un caballo en libertad, me refiero a los caballos
salvajes (todavía existen miles de ellos), vivan casi el doble que un caballo
doméstico. Los caballos salvajes son atletas que recorren en promedio unos 20
km diarios y con ello consiguen un corazón sano y fuerte que les permite que la
vejez les llegue más tarde que a un caballo doméstico con un corazón “casi”
sedentario y con “ayudas” humanas (herraduras) que impiden que su organismo
trabaje como la naturaleza pretende que lo hagan.
Con todo esto no quiero sino recomendarles
que no le pongan herraduras a sus queridos caballos. Todas las
funciones que he mencionado requieren que las estructuras del casco estén en
contacto con el suelo, sin embargo, el herraje lo que hace es “separar” los
cascos del suelo (ver imagen) Esto quiere decir que le quito al caballo TODAS
las importantes funciones que tienen sus cascos. Peor aún, el peso del caballo,
debe recaer en el centro del casco (la parte de la ranilla) y si se le
pone una herradura lo que se consigue es desplazar ese peso a la pared del casco o muralla, lo que
trae, como consecuencia lógica, grandes problemas a nivel de ligamentos y
articulaciones, sin contar con el debilitamiento de la pared del casco
desarrollando un trabajo para lo cual no fue diseñado y si a esto le sumamos
los agujeros provocados por los clavos usados para fijar las herraduras, no es
difícil concluir que los cascos pronto se cuartearán y deformarán provocando
diversas dolencias y patologías cada vez más comunes en los caballos.
Con todo esto NO quiero decirles que no recorten los cascos de sus caballos, todo lo contrario, les recomiendo hacerlo cada 4 a 6 semanas (el casco crece en promedio 1 cm al mes), el recorte de los cascos es un tema importante que trataré extensamente en otro artículo; por ahora tengan en cuenta que los cascos no se deben recortar simplemente porque si, es necesario saber balancearlos perfectamente. (ACTUALIZACIÓN: Video sobre como recortar los cascos https://www.youtube.com/watch?v=0F5u1A_9D4M )
Deja al caballo
vivir como caballo.
Un gran abrazo y
hasta la próxima.
Dr. Rafael O'Phelan